jueves, 10 de diciembre de 2009

Desubicada

- Hola ? – atendí
- Hola – respondió una dubitativa voz femenina
La reconocí de inmediato. Su nombre pertenecía a mi pasado pero mi química contradecía al cerebro y de inmediato sentí un cosquilleo en el estómago y un temblor incontrolado en la pierna izquierda.
- ¿Cómo estás? – preguntó tras un prolongado silencio
- ¿eso a qué viene? – contesté con fingida naturalidad
- perdoná - se excusó
- ¿para que me llamás? – inquirí conteniendo las ganas de empezar a las puteadas
- quería saber cómo andabas……….pienso mucho en vos
Aquello era más de lo que podía aguantar sin calentarme:
- ¿vos me estás embromando?
- me gustaría verte – dijo tras una pausa efectista
- te repito, ¿vos me estás embromando?

Silvia y yo habíamos vivido juntos durante cuatro años y llevábamos casi tres separados. Recuerdo cómo me gustaba verla llegar a casa después del trabajo, cocinar para ella y contemplarla, apoyada sobre el marco de la puerta de mi despacho en camiseta y ropa interior, preguntándome si aún iba a tardar mucho en ir a la cama. Yo era feliz en esos días y pensé que ella también hasta que, una mala mañana encontré una nota suya de despedida sobre la puerta de la heladera. Necesitaba espacio y encontrarse a sí misma, decía. Cuál no sería mi sorpresa cuando descubrí que ambas cosas pareció hallarlas en la cama de un puntero izquierdo de River ; un petisito melenudo que se metía por la nariz la mitad de producción de coca de Bolivia y que terminó confinado una larga temporada en una clínica en la Quiaca. De Silvia sólo supe, hasta hoy, que se había ido a vivir al interior, a Paraná o algún otro lugar de Santa Fé.

- no me guardés rencor, por favor te lo pido…..dejáme hablar con vos
- mirá, nosotros no tenemos nada que hablar…..no te guardo rencor pero no me interesa lo que me tengás que decir así que, ahora, espero que no me vengás con que tenés cáncer, te estás muriendo y querés irte al otro mundo con la conciencia tranquila…
- no, no es eso…….es que expongo en una galería de Palermo y quería saber de vos…..ser tu amiga y..
- ¿ser mi amiga? Dejáte de joder, flaca – la interrumpí para, a continuación, agregar – que haya sido cornudo no significa que sea boludo…
- Néstor (un amigo común) me dijo que no tenés pareja
- ¿Y? ¿qué carajo me querés decir con eso? ¿te pensás que ando tan mal como para querer volver a estar con una turra como vos?
- Sólo quiero verte….tomarnos un café…
- moríte - le solté, sin el menor miramiento, antes de cortar una conversación en la que no tenía ningún interés

Instantes después, mi celular volvió a sonar y siguió haciéndolo, a intervalos de cinco minutos, hasta que lo apagué, guardé en un cajón y salí a la calle, sin furia que rumiar, pero con la necesidad imperiosa de contárselo a alguien.