- Decíme ¿vos me querés? – me espetó mi esposa con su mejor cara de enojo
- ¿Perdón? - respondí arqueando las cejas y haciéndome el boludo
- ¿Que si vos me querés - reiteró la pregunta alzando aún más la voz
Antes de que yo tuviera tiempo a contestarle, retomó la palabra y se embaló en sus reproches:
- Porque si me quisieras no te portarías así y no me avergonzarías ante mis amigos…pero quién te pensas que sos, querido ¡ te sentís demasiado inteligente para ellos? … me tenés podrida con ese sentirte superior a los demás…
- Sí, ahora que lo decís, sí , me siento más inteligente que ellos y que muchos de mis amigos incluso pero, con todo mis amigos son mis amigos y a los tuyos no tengo porqué aguantarlos…..
- Pero por qué no te mirás un poquito a vos mismo.....no entiendo porqué te hacés el insociable, cuando en realidad sos un tipo de conversaciones brillantes, que encandilás a la gente a tu antojo y dejás la sensación de ser alguien encantador y seductor….decíme ¿ lo hacés para joderme, no ? …porque sino, te juro que no lo entiendo
- ¿Esos son tus amigos? dejáte de joder, flaca ¡¡.. …si son una banda de forros, snobs menguados de inteligencia que no tienen de qué hablar….ellas no son más que unas calienta braguetas que me tocan con sus pies por debajo de la mesa o me pasan su teléfono cuando vos te vas al baño y ellos unos pelotuditos más vacíos que la palabra D-os en labios de un descreído…sobre todo el taradito de tu jefe, con ese pelo de virulana y dándoselas de enólogo desde la cabecera de la mesa diciendo: “nmmm, está afrutado” tras catar el vino ……pues claro, pelotudo, cómo no va a estar afrutado si sale de la uva …¡¡¡¡ No me banco a esa gente….arquitectos de medio pelo .…con la Bauhaus siempre prendida en los labios y disertando sobre Jamaica y otros sitios exóticos a los que en su puta vida viajarán…
- ay, claro, y como vos sos el intelectual, el bohemio, el escritor….el porteño canchero y cosmopolita, estás por encima de todo eso, no ? …no sé cómo te aguanto…sos sos…..
- ¿Soy qué? decímelo ….¿soy qué? – estallé fuera de mí
- Sos…..no sé lo que sos pero cuando te ponés así, me das asco – me escupió con cara de desprecio
- ¿Qué? ¿qué te doy asco? – pregunté indignado – vení acá, vení acá, que te voy a dar asco de verdad, turra…
La agarré del brazo y la arrastré violentamente hasta el dormitorio. La tiré sobre la cama y tumbándome encima de ella comencé a arrancarle la ropa sin miramiento alguno y despreciando sus repetidos y desesperados gritos de NO.
Apenas media hora después, recuperando la respiración todavía entrecortada por el esfuerzo y el cuerpo perlado de sudor, fumábamos mirando al techo e intercambiábamos unas breves palabras post-coito:
- me encantan estos juegos, mi vida – me dijo pasándome las uñas por el pecho
- a mí también – contesté con orgullo de macho complacido
- pensáte algo para la semana que viene y volvemos a dejar a los nenes en casa de mis viejos..…porque esto de la esposa enojada ya dió mucho de sí..
- ¿no querés repetir con el lobo y caperucita, el señor y la mucama, María Antonieta y el lacayo o la amiga de mi hermana que viene a dormir a casa?
- No, mejor algo nuevo, ¿no te parece?
- Sí, tenés razón….... vos no te preocupés y dejámelo a mí, que mañana o pasado seguro que se me ocurre algo...
- Te quiero, querido
- Y yo a vos…..
- ¿apago la luz?
- Por favor
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