martes, 31 de agosto de 2010

Sigo escarbando en los cajones

* QUÉDESE EN CASA

Resignado ante la vida, refrenaba sus impulsos por miedo a hacer el ridículo (como si no lo fuera frecuentar la barra de los bares nocturnos en espera de que alguna mujer se fijara en él). Su rostro sanguíneo, en el que resaltaba una nariz prominente y unos ojos hundidos en sus cuencas, no lo convertían en un nombre atractivo de manera alguna. Para colmo, su peinado recordaba obsoletas modas, como su vestir y su manía de tratar a los demás de usted. Pero lo peor, con diferencia, era su torpeza para entablar relación con cualquiera, evidenciando patológicas incapacidades sociales. Agarrándose a la esperanza que, con rotunda certeza, es lo último que se pierde, acudía todas las noches a un par de locales en busca de eso que él mismo llamaba “la mujer de mi vida”. ¡Cómo si la fuera a encontrar en esos lugares!...¡Cómo si le fuera a resultar fácil con esa cara...!


* MAMÍFEROS

Todos los clientes babeaban por ella. Aparcaban sus coches de alta gama a la puerta del bar y se enfrascaban en disertaciones sobre la importancia de sus trabajos, con la esperanzadora intención de que los escuchara y quedara impresionada. Yo, por el contrario, era el único que no babeaba. El único que se acercaba andando hasta el local. El único que no hablaba. El único que transmitía indiferencia. Herida en su orgullo y afectada por la excepción, se esmeraba en tapar mi campo visual, poniéndome su escote delante, y obligándome a volver mis ojos a la lectura.


* LOCUTOR

Una noche , tumbado en la cama, y escuchando la radio que descansaba sobre la mesita de luz próxima, las siguientes palabras llegaron a mis oídos: “siempre hay que seguir mientras uno no esté muerto”. Pensé que ese tipo tenía razón, hasta que más tarde, iluminado en un receso de la penosa carga de monotonía y nebulosa mental que me perseguía con éxito desde hacía tiempo, me pregunté a mí mismo (acaso a mi subconsciente);¿seguir ádónde?. Desde entonces, trato de recordar cómo carajo se llamaba.


* LO MÍO ES DIFERENTE (LO DE UNO, SIEMPRE LO ES)

La camisa negra y el fino bigote indicaban a las claras su carácter retrógado y oscurantista. Bajo su apariencia de santurrón (misa diaria y confesión semanal) despotricaba a diario contra los inmigrantes, los homosexuales (más bien, putos), el divorcio y todos esas asuntos que tanto fastidian a los individuos que, como él, llevan la intolerancia por bandera. Era de esos que se quedaban mirando cuando veía a una mujer al volante o a un negro acompañado de una blanca y que consideraba subversivos a periodistas y gente del mundo del espectáculo o las artes. Se llamaba Leandro Pineda Hinojosa y murió hará unos cinco años. Poco queda de él, salvo unas fotografías y una hija; de piel oscura y pelo rizado.......como el padre.

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jueves, 26 de agosto de 2010

Más brevedades rescatadas del mismo cajón

* ME MUERO (último fragmento del Diario del escritor Jákob Steinschneider)

Trieste, 14 de agosto de 1994

En mis nocturnos recorridos por las calles del barrio trato, vanamente, de serenar las traicioneros vaivenes de mi espíritu y mi cerebro perturbado. El exasperante transcurso del tiempo, estéril y nada piadoso con mis necesidades, me aboca a un tedio tenaz y dañino, una suerte de veneno que garantiza una muerte lenta. Ya no consigo ocultar a mi propia conciencia las zonas de la realidad que tanto me asustan e intento evitar a toda costa. Los demonios del pasado, esos contra los que luché durante tanto tiempo, han sobrevivido a pesar de todo y están aquí, más vivos que nunca. No me queda apenas destino sino tragedia. Días contados de una vida fundamentada en la mentira y el engaño tras los que la verdad se oculta.
Amores extinguidos, incumplidas promesas y la negación lejana de los sueños, es mi penoso bagaje existencial. Un material amargo rendido al trémulo gatillo de esta pistola...

- Cuatro días después de escribir estas líneas, se voló los sesos de un disparo. (Ficción)


* COSMOPOLITA

Era lo suficientemente inteligente para no preguntarme en qué pensaba pero, lo mínimamente curiosa para no dejar pasar por alto mi expresión pensativa.

- ¿ocurre algo, Marcos?
- Vos sos ashkenazí de ascendencia bielorrusa, alemana y holandesa. Yo, sefaradí de orígen español, portugués, italiano y turco. Y los dos acabamos de amarnos sobre una cama de madera de Indonesia en un barrio de Buenos Aires….me estaba preguntando si a las personas nos une el destino o la casualidad….
- Tal vez el destino resulte la más poderosa de las casualidades – apuntó Liliana
- Tal vez….


* ACASO MÁS TARDE

La conocí demasiado pronto. Cuando no tenía nada que ofrecer y no vislumbraba otra senda que la soledad. Antepuse entonces mi lado canalla a mi pretendida sabiduría y, en consecuencia, no se me ocurrió otra cosa que abandonarla, sin miramientos e insensible a sus fragilidades. Hoy, pasado tanto tiempo, olvidarla sigue siendo un gran desafío

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