Hace escasas semanas, me parece que un miércoles, sucumbí al antojo de tomar comida libanesa y me acerqué a un afamado restaurante pegado a la Pza. de Sta. Ana cuyos dueños son unos cristianos oriundos de Alepo. Mientras aguardaba mi pedido, saboreando una Carlsberg, tres argentinos irrumpieron en el local, ocupando la mesa contigua a la mía y despertando mi interés de inmediato. Si bien habitualmente me desentiendo de las conversaciones ajenas, ya sea por educación o por mera indiferencia, en ésa ocasión y sin duda por causa del origen común que nos unía, me esforcé en escuchar de qué hablaban. De inmediato deduje que eran porteños (el acento y la pose los hace inconfundibles) y con el transcurrir de la charla fui sacando en claro que uno trabajaba en Publicidad (llamémosle Martín), otro se dedicaba a la Informática (pongámosle Alejo) y el tercero (Gustavo) era un enigma. Lo que hablaron fue, más o menos, lo siguiente:
M: Mirá, lo que pasa con la publicidad, es que se ha desprestigiado mucho
G: Pues yo creo que fuera del medio, todavía mantiene cierta aureola de sofisticación, cosmopolitismo, ingenio, y que sigue seduciendo a mucha gente
M: Pero esa gente no entiende un carajo. En la publicidad no hay glamour y mucho menos lo que vos decís
A: Sí, la verdad es que hay mucho desubicado
G: A mí, lo que me llama la atención es cómo se desprecia a la imaginación y la inteligencia, cuando se supone que deberían ser piezas claves de sus mecanismos...
A: Pero no sólo en la publicidad, eso también pasa en el cine, la televisión o el sector editorial. Hay una indiferencia absoluta por lo excéntrico, lo fuera de lo común y lo sorprendente. Parece que no aspiran más que a perpetuarse siempre en las mismas fórmulas
M: Y, claro; es un negocio, flaco y cualquier otra consideración, para ellos es un error, aunque le pongan un falso envoltorio: los creativos no son creadores ¿cuál fue el último comercial bueno que viste? Lo peor es que se creen artistas. Para ser creativo sólo te hace falta conocer a alguien. Estos tipos no tienen más talento que el muestran por fuera, con sus peinados raros, sus camisetas de promoción o con frases ingeniosas y su andar desganado como si vivir les doliese
G: O sea, que yo mismo podría ser creativo
M: Y... si conocés a alguien, sí
A: Yo voy todas las semanas a la agencia a la que les llevo todo el asunto informático y te puedo decir que allá no hay ningún Einstein. Empezando por el jefe, pasando por el director creativo y llegando a los demás. La más piola, me parece que es la telefonista que, por cierto, está rebuena
G: Che ¿y cuánto gana un creativo?
M: Y no sé...dos mil y pico euros
C: No jodás, negro ¿no podés buscarme un hueco en alguna agencia?
M: ¿Y qué te pensás? ¿qué vos ibas a aguantar?. Si vos detestás la frivolidad y la apariencia. Además, vos sos demasiado culto ¿un tipo que lee a Borges en Publicidad? Me acuerdo que cuando yo iba a la facultad, nos enseñaban hasta Teología
A: No sabía que ganaban tanto esos pibes. Me dejás impresionado
M: ¡Y más! pero eso no es nada. Mirá, cuando trabajaba con Agulla y Baccetti, había cuatro directores creativos, y cada uno se llevaba 15000 dólares. Pero claro, aquello era otra historia; estabas reunido y de pronto aparecía Agulla y decía: ¿en qué andan?. Le explicabas y el tipo al rato te soltaba: “y por qué no lo enfocan así” y te tiraba una idea, que te rompía la cabeza. ¡Eran dos capos!
G: leí en un libro que cuando Dreyfus vino a España, un día fue a hablar con el jefazo de una agencia y le mencionó a Luis Puenzo para que rodara un anuncio. El otro le preguntó: ¿y ése quién es? “uno que ganó un Oscar”, le respondió el ruso, así que imagínate el nivel
A: Y además tuvo un lío con Jane Fonda ¿no?
G: Creo que sí, pero yo no estaba delante jajaja
M: ¿Sabés lo que pasa? que las agencias están dirigidas por mediocres, que vienen de otros campos y que para dárselas de algo, contratan a gente más mediocre que ellos así no le hacen sombra. Todo es negocio. Les importa un bledo la calidad de los trabajos.....
A: Sí, pero los clientes no exigen...?
M: A los clientes les da igual. Lo único que les interesa es que la campaña le salga barata
G: De cualquier forma, estamos hablando de Publicidad, no de arte. ¿Así que para qué hacerse mala sangre?
A: Tenés razón, dejémonos de joda y pasá el vino.
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